miércoles, 25 de enero de 2023

Análisis de Godfall - Armaduras grandes y pasillos estrechos

Godfall fue el primer juego que se anunció que saldría para PlayStation 5. Al tratarse de uno de los juegos que estrenaría la nueva generación de consolas de Sony, todas las miradas estaban puestas en la nueva IP de Counterplay Games desde el momento en que hizo aparición. El primer trailer que mostraba la jugabilidad del mismo era llamativo: personas con grandes armaduras, muchas hordas de enemigos, diferentes armas y música estridente. Pero aunque fuera lustroso, ya se habían anunciado otros juegos más esperados para la misma fecha, como Demon's Souls o Spider-Man: Miles Morales. Esto provocó que el interés de la gente menguara.

Godfall salió a la venta el 12 de noviembre de 2020 tanto en PC como en PlayStation 5. Se trata de un videojuego de rol y acción en el que encarnaremos a uno de los últimos caballeros valorianos que vuelve a su tierra para defenderla de un tirano que amenaza con destruirla ¿Podrá Godfall hacerse un hueco entre tantos titanes?


 Guerreros con armaduras vacías

Con un tutorial estándar pero bastante vistoso nos muestran las mecánicas básicas del juego, mientras intentan asombrarnos con los impresionantes gráficos de última generación. Tiene buena pinta ¿verdad? Gráficos brillantes y punteros, historia interesante en un mundo de fantasía, jugabilidad arrolladora… todo apuntaba a que Godfall podía convertirse en una de las sorpresas del año. Entonces ¿qué podía salir mal? Bueno, digamos que el prólogo de la trama ES la trama.

Durante el resto del juego no se profundiza mucho más en los acontecimientos, ya sean pasados o recientes, de Aperion ni de su universo en sí. Si quieres saber algo más, el menú dispone de un apartado llamado “Códice”, que está divido en tres secciones: Bestiario, Conocimiento y Sistema de Juego. Tras encontrarlos esparcidos por el mundo, se pondrán a disposición del jugador breves textos que darán información de las criaturas que componen el mundo, relatos de Aperion y sus habitantes o detalles de la jugabilidad.

La narrativa brilla por su ausencia. Los pocos personajes que hay son planos y sin vida, el protagonista podría morirse y nos importaría más por el hecho de perder los niveles y los objetos que por el peso emocional. Los diálogos son simples y carecen de importancia, la trama no avanza prácticamente nada en todo el juego y los escenarios están vacíos de detalles, son genéricos y no enriquecen la historia de ninguna forma. Si buscabas algún tipo de crónica sobre un mundo nuevo y en expansión, saldrás decepcionado.

 

 

Machacar botones pero con estilo

Uno de los puntos fuertes en Godfall son los combates. Eres poderoso, capaz y estás motivado para tomar lo que legítimamente te pertenece, y eso se nota en cada giro o en cada golpe del personaje. Los movimientos de Orin son muy ágiles y a su vez pesados, el combate se basa en el cuerpo a cuerpo, por ello da sensación de robustez y fuerza cada vez que el arma impacta con cualquier enemigo que pase por delante. Un detalle que contiene el juego es que los enemigos cuentan con una barra adicional de vida, en la que puedes acumular golpes y después rematarlos de un espadazo. Es un gustazo y queda guay.

Hay poca variedad de enemigos en las zonas, y se puede encontrar un patrón en todos ellos. Donde Godfall se luce más es en los combates contra los jefes de cada zona, los lugartenientes de Macros. Cada uno de ellos posee mecánicas únicas, debiendo utilizar una estrategia distinta en cada uno de ellos para poder derrotarlos. Las peleas son largas e intensas, y requerirán el uso de todo lo aprendido en las misiones. Combatir y derrotar a los lugartenientes te da una sensación de victoria y control, que es a su vez recompensada con un valioso botín.

Tanto el combate como las mecánicas del juego están muy inspirados en dos grandes títulos: God of War y Star Wars Jedi: Fallen Orden. La forma en cómo esquiva Orin los ataques enemigos, la manera de sacar el escudo, los enfrentamientos con los jefes… incluso hay un cofre que tienes que romper tres objetos para poder abrirlo ¿os suena? Esto no es algo negativo en sí, ya que han decidido apoyarse en dos buenos títulos. Pero sí que es cierto que a veces da la sensación de que estás jugando a uno de ellos pero con una apariencia distinta con grandes armaduras y de una calidad muy inferior.

 


Hasta que la nación de Macros atacó

El universo de Aperion está compuesto por los Reinos Elementales. Iniciaremos nuestra aventura en el Reino de la Tierra, donde desde observaremos de primera mano el trabajo gráfico, el cual golpeará en la cara. Visualmente es colosal, propio de un juego de la nueva generación: cada armadura valoriana está muy detallada, los escenarios son preciosos y siguen la temática del reino al que pertenecen. Pero también es cierto que es relativamente sencillo llegar al techo gráfico actual si se ignora el resto del material que compone un juego. Sí, técnicamente está todo bien hecho, pero ¿a qué precio?

No aparece ningún rostro humanoide en todo el juego. Los escenarios aunque bonitos están vacíos, tienen la misma apariencia en todo momento y son muy pequeños. Empiezas una misión y todo es lo mismo: pasillo, explanada, bichos y botín, una y otra vez. Cuando finalizas la misión principal puedes volver a la base o puedes quedarte y completar las bonificaciones. Esta opción no la recomiendo, porque es tedioso, largo y repetitivo hasta la saciedad, y solo se trata de conseguir materiales o acabar con rondas de enemigos. Poco o nada te impide seguir siempre la línea principal del juego.

 

Conclusiones

Godfall es una idea interesante mal ejecutada. Pudiendo crear un universo en el que poder expandirse y crear una saga nueva, han preferido quedarse a las puertas de poder ser algo grande. Una desilusión si se buscaba una historia profunda e interesante, una apuesta segura si lo que se quiere es un combate divertido con el que poder deleitarse destruyendo a tus enemigos. 


Este análisis se jugó en PC y se publicó el día del lanzamiento de Godfall en noviembre de 2020 en Legión de Jugadores.

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