Se han contado multitud de historias sobre monstruos, pero son pocas las que nos ponen en su piel: de eso mismo trata Carrion, un videojuego en el que el jugador controla a un monstruo, con dosis extra de tentáculos, que aterroriza a los trabajadores de las instalaciones en las que se encuentra.
Carrion es un metroidvania de terror inverso en 2D lateral desarrollado por Phobia Game Studio en el que el protagonista es un engendro amorfo rojo que causa destrucción y horror allá por donde aparezca. La premisa era muy atractiva y cumple con lo prometido en los trailers, eres un ser aberrante que espanta y arrasa con todo a su paso: el manejo del monstruo es muy cómodo, hace que te sientas más y más poderoso según vas evolucionando y perfeccionando tus poderes, que siendo un ser aterrador es lo suyo. Los puzzles son muy ingeniosos porque juegan constantemente con la idea de que es un monstruo el que tiene que resolverlos para poder continuar su camino, dando como resultado una jugabilidad muy divertida y diferente.
La exploración es una de las bases de todo Carrion, ya que tienes que encontrar la forma de escapar de las instalaciones en las que te encuentras, y siendo una parte tan importante del juego hace más notorio la falta de mapa. El apartado artístico es muy homogéneo, en matices grisáceos y marrones, acompañado de una banda sonora que sigue la ambientación y el tono del juego muy bien, dando un aspecto uniforme al establecimiento el cual contrasta muy bien con el rojo del monstruo, pero que evidencia la carencia de un mapa al que poder consultar. Como todos los lugares son muy parecidos y no haber un minimapa con el que guiarse resulta muy sencillo perderse y frustrante encontrar el camino de nuevo. Teniendo en cuenta que la duración media del juego es de 3 a 4 horas, podría estropear la experiencia del jugador perderse constantemente durante esas horas.
En general, Carrion es un videojuego original y divertido con el que podremos destruir lugares y devorar seres humanos con su más que disfrutable jugabilidad durante las cortas pero intensas horas de juego.
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