martes, 28 de mayo de 2019

Kingdom Hearts III en profundidad: Crítica con Spoilers

Con la llegada del esperado Modo Maestro y tras haber pasado varios meses desde la salida de Kingdom Hearts III, ha llegado el momento de analizar tanto el nuevo modo como el juego completo. Advertencia: habrá spoilers, MUCHOS SPOILERS, así que si aún no has completado Kingdom Hearts III, lee bajo tu propia responsabilidad.


 
Historia

A lo largo de su viaje, Sora mejora sus habilidades, conoce diferentes mundos y forja amistad con nuevos personajes que le ayudan a avanzar en el trayecto, pero… ¿es eso verdad? La trama de Kingdom Hearts III se basa principalmente en la amistad, en los lazos, pero si realmente las personas que conoce Sora le afectaran de algún modo debería hacerse notar en su viaje, aunque lo que ocurre realmente es que una vez Sora abandona ese mundo no se vuelve a nombrar de nuevo. Es cierto que deben salvaguardar los mundos y no mencionar su existencia a otros para protegerlos, pero no hasta el punto de no acordarse de ellos nunca. Resulta desconcertante que en un juego cuya base es la amistad no se eluda a ella en ningún momento de la historia, al único que se nombra con frecuencia es a Riku.


La actuación de Sora en los mundos resalta esta cuestión, ya que al contrario de lo que sucedía en las anteriores entregas, las apariciones de Sora en Kingdom Hearts III parecen meramente presenciales, él llega al mundo y los acontecimientos ocurren a su alrededor, dando la sensación de que si Sora no estuviese ahí ocurrirían de todas formas. Es como si no llegara a involucrarse realmente con los sucesos y los personajes de ese mundo, ni siquiera tiene que vencer a los villanos de los mundos, son derrotados por los personajes del mismo y Sora tiene que enfrentarse a algún sincorazón invocado por algún miembro de la Organización. Eso sucede durante todo el juego, pero se hace especialmente notable en Arendelle, donde Sora apenas pasa tiempo con los personajes de Frozen, pudiendo considerarse un desconocido para ellos, a excepción de Merengue, el enorme muñeco de nieve; ni siquiera llega a conocer al villano Hans. Se podría decir que con la última entrega ha perdido parte de su esencia.

Personajes

El principal problema que arrastra Kingdom Hearts III es que se da prioridad a las escenas dramáticas y llamativas sobre la verdadera naturaleza y personalidad de los personajes. En muchas ocasiones muestran momentos sobrecogedores que no podrían ocurrir de ninguna de las maneras si se respetara la personalidad que han ido puliendo los personajes durante todas sus aventuras.

Después de nueve juegos se debería pensar que los personajes han avanzado y madurado durante sus viajes, pero no es así. En Kingdom Hearts III no solo se muestra poco desarrollo en algunos personajes, sino que en algunos es completamente nulo, como es el caso de Kairi. Ella es la coprotagonista de la historia y no lo parece en absoluto, no solo es ignorada y vapuleada durante toda la saga, sino que en esta última entrega es completamente invisible. En Kingdom Hearts III es donde más se maltrata al personaje, borrándole la escasa personalidad que le dieron en la primera entrega numerada y que apenas conservaron en la segunda, obviando por completo la relación de amistad que tiene con Sora y Riku. Es una pena que un personaje con tanto potencial esté obligado a permanecer en un mero hilo conductor de la historia, la chica en peligro que debe ser salvada.


La amistad entre Sora, Donald y Goofy es uno de los puntos fuertes del juego, nos muestra la evolución de los tres amigos tras una saga juntos. Donald y Goody han observado y han ayudado a Sora a madurar como héroe y como persona, le han brindado apoyo incondicional durante todo el juego, sin flaquear en los momentos más importantes, dándole libertad en sus decisiones y acompañándole en los momentos más peligrosos, mostrando lo que verdaderamente significa la amistad.

Mundos

Kingdom Hearts III nos muestra lo que todo fan deseaba ver: mundos grandes, extensos, llenos de personajes, casi pareciendo mundos de verdad. Con las anteriores entregas, los mundos estaban vacíos, muy limitados a causa de sus plataformas y las múltiples pantallas de carga, pero esa restricción desaparece gracias a las capacidades de la última generación. Cada mundo es único y precioso a su manera, siendo muy amplios y muy cuidados, con NPCs que poseen doblaje. Pero la cumbre llegó con la creación de El Caribe, que no solo mejora drásticamente con respecto a Kingdom Hearts II, da un paso más allá, mostrándonos un mundo diferente al resto, en el que no se centran en caricaturizar a los personajes, sino en el realismo; uno podría pensar que teniendo a un pato y un perro parlante era imposible, y es verdad que cuesta creérselo aún viéndolo, pero el resultado no podía ser mejor. 


Gráficamente es espectacular, tanto los personajes como los mundos en sí, es como jugar dentro de una película de Disney, y aunque te puedas quedar maravillado navegando el barco en El Caribe, paseando por el festival de Corona o visitanto el cuarto de Andy, existe un gran pero: a pesar de que todos los mundos son nuevos y superiores en cuanto a calidad a cualquier juego anterior, sólo nos permiten explorar cinco lugares inéditos. Es cierto que podemos volver a sitios emblemáticos de la saga, como es el caso de Villacrepúsculo, aunque no nos permite verlo por completo, o ver rincones diferentes de mundos que ya conocíamos, incluso nos muestran otros lugares de forma más profunda, pero nuevos solo cinco. Es una cantidad muy escasa, aunque ese número esté muy relacionado con el final, siguen siendo pocos, y mostrar tantísimo contenido en los trailers del Kingdom Hearts III y saber tanta información estropeó una de las experiencias más gratificantes del juego, el descubrimiento de los mundos mientras se está jugando.



Ausencias

Una nueva entrega de una saga siempre trae consigo ciertas expectativas, y contentar a todos los fans es una tarea complicada, y aunque eso suele significar cambios, hay algunas faltas que son difíciles de olvidar, y todos estaremos de acuerdo en que la desaparición de los personajes de Final Fantasy fue algo sonada. Squall y algunos de los personajes de la saga que fueron apareciendo a lo largo de Kingdom Hearts y que ayudaron a Sora en innumerables ocasiones se ausentaron en el último juego sin dar ninguna explicación, a pesar de que Vergel Radiante sí que hacía acto de presencia. Tetsuya Nomura explicó que la razón por la que estos personajes se añadieron en el primer juego fue que no tenían personajes propios y tuvieron que “pedir prestados” algunos a la compañía, y que tras la creación de personajes originales de la saga ya no era necesaria su participación. Esta decisión es desacertada porque a pesar de que no sean personajes propios de Kingdom Hearts, forman parte de la historia desde el principio, no se puede ignorar la desaparición de personajes icónicos de la saga sin tan siquiera nombrarlos una sola vez y esperar que la gente no haga preguntas al respecto.



En la anterior entrega numerada de Kingdom Hearts hicieron que tras recorrer y completar los mundos en una ocasión pudieses volver a cada uno de ellos para concluir la historia, con un nuevo jefe final. Esto es algo que no quisieron repetir en el último juego, cuando concluyes el mundo una sola vez, no tienes que volver por ninguna circunstancia, a no ser que sea para hacerte con todos los coleccionables. Fue una pena que no quisieran repetirlo ya que no solo te brindaba la oportunidad de continuar una historia sino que también te permitía enfrentarte a nuevos jefes finales. Otra cosa que no apareció en el juego y que duele especialmente es el Coliseo, el torneo en el que podías combatir por una copa no hace acto de presencia en todo el juego, puede que lo añadan en el futuro con un DLC de pago, pero actualmente no está disponible.

El doblaje en todos los personajes del juego, incluyendo secundarios y NPCs, es algo que se instauró en Kingdom Hearts III, un gran añadido que dio realismo a los mundos por los que se viajaba. Solo existía un problema con el doblaje, la ausencia del mismo, y es que durante algunas cinemáticas ciertos personajes carecían de ningún tipo de voz o respiración durante sus apariciones, dando la sensación de que eran completamente mudos, como es el caso de Fil en el Olimpo, o de Aeleus y Dilan en Vergel Radiante. Es cierto que el doblaje encarece los gastos en un videojuego, pero si quieres que quede un buen resultado se tendrá que dar voz a todos los personajes que salgan en el juego, y si no se va a hacer, es mejor que esos personajes no aparezcan.

Dificultad

Ya hice hincapié en la facilidad de Kingdom Hearts III en la entrada anterior sobre la dificultad de los videojuegos, quedando claro que es la entrega más fácil de toda la saga, así que, como otros muchos, esperé a que añadieran al juego el Modo Maestro para comprobar si efectivamente se convertía en cierta forma en un Modo Experto espiritual, que fuera de nuevo una dificultad sencilla, o en cambio, tuviera una complejidad mayor que el resto. En Square Enix se decidieron por hacer honor a su nombre y crear un Modo Maestro con todas las letras, y es que la dificultad que implementaron en el último DLC es, de lejos, mucho más difícil que su modo anterior. Si Experto era sencillo, se ha querido “arreglar” aumentando la complejidad del nuevo modo, dando la sensación de que no existe un cambio de dificultad entre ambos sino mucho más. En este grado de dificultad los enemigos tienen más vida y mucha más fuerza, haciendo que si cometes un solo error en el combate se cobre muy caro. Es un cambio muy brusco en comparación con lo que sigue siendo el Modo Experto, pero si se pedía dificultad, desde luego han cumplido.



Final

El final de Kingdom Hearts III personifica la palabra apresurado. A pesar de tener todo el juego para ir cerrando poco a poco todas las tramas, prefirieron cerrarlas todas en el mismo sitio de golpe, no te atragantas de milagro con tanta información. Durante todo el trayecto, los miembros de la Organización XIII hacían acto de presencia, pero sin llegar a dar ninguna información significativa, y lo peor era que no te enfrentabas a ninguno de ellos al final de cada mundo; aparecían, se burlaban de Sora, invocaban un sincorazón y se iban, así durante todo el juego.
 
Al llegar a la Necrópolis de Llaves Espada se empieza a cerrar todo, haciendo que Sora vaya por salas ayudando a sus compañeros contra varios miembros de la Organización XIII a la vez, dando cierta dificultad y dinamismo a los combates, y zanjando tramas por el camino. Si bien es cierto que cada personaje tiene su momento, al intentar cerrarlo todo de golpe hace que la duración de sus tramas sea escasa, sin darle el final que merecen a algunos de los grandes personajes de la saga. Muchas de las tramas empiezan y terminan de forma abrupta, sin explorar en ellas, haciendo que los argumentos y razonamientos por los que se llega a ese momento sean pobres y carentes de sentido. Aunque todos los combates son espectaculares y la jugabilidad sea francamente divertida, eso no es excusa para darnos un final así para una saga de tal importancia como es Kingdom Hearts. 


Tanto el epílogo como el final secreto dan pie a una nueva aventura, dejando abiertas muchas incógnitas, sobretodo una que se ha estado nombrando durante todo el juego: la caja negra. Las apariciones de los clásicos villanos de la saga, Maléfica y Pete, en Kingdom Hearts III se podrían considerar apenas anecdóticas. Aparecen en escenas momentáneas buscando la caja negra, ignorando a Sora y compañía, hasta que en el epílogo muestran la ansiada caja junto a Xigbar/Luxu, sin aclarar absolutamente nada, dando a entender que lo descubriremos en siguientes entregas. Abrir nuevas incógnitas para continuar la saga en el futuro está bien, lo que no está bien y frustra al jugador es usar de señuelo una trama cuando no se tiene ninguna intención de revelar hasta dentro de muchos años y quizá varios videojuegos. 

Como ya remarqué en mi análisis sin spoilers, no es el juego que yo pensaba que sería, ha sido un final agridulce para toda la espera, y aunque me he divertido mucho jugándolo, superando con creces en numerosos apartados a juegos anteriores, personalmente, no ha logrado superar al que yo considero el mejor juego, Kingdom Hearts II, pues supuso un gran avance no solo para la saga sino también para la historia de los videojuegos. 

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