Con la llegada del esperado Modo Maestro y tras
haber pasado varios meses desde la salida de Kingdom Hearts III, ha
llegado el momento de analizar tanto el nuevo modo como el juego
completo. Advertencia: habrá spoilers, MUCHOS SPOILERS, así que si
aún no has completado Kingdom Hearts III, lee bajo tu propia
responsabilidad.
Historia
A lo largo de su viaje, Sora mejora sus
habilidades, conoce diferentes mundos y forja amistad con nuevos
personajes que le ayudan a avanzar en el trayecto, pero… ¿es eso
verdad? La trama de Kingdom Hearts III se basa principalmente en la
amistad, en los lazos, pero si realmente las personas que conoce Sora
le afectaran de algún modo debería hacerse notar en su viaje,
aunque lo que ocurre realmente es que una vez Sora abandona ese mundo
no se vuelve a nombrar de nuevo. Es cierto que deben salvaguardar los
mundos y no mencionar su existencia a otros para protegerlos, pero no
hasta el punto de no acordarse de ellos nunca. Resulta desconcertante
que en un juego cuya base es la amistad no se eluda a ella en ningún
momento de la historia, al único que se nombra con frecuencia es a
Riku.
La actuación de Sora en los mundos resalta esta
cuestión, ya que al contrario de lo que sucedía en las anteriores
entregas, las apariciones de Sora en Kingdom Hearts III parecen
meramente presenciales, él llega al mundo y los acontecimientos
ocurren a su alrededor, dando la sensación de que si Sora no
estuviese ahí ocurrirían de todas formas. Es como si no llegara a
involucrarse realmente con los sucesos y los personajes de ese mundo,
ni siquiera tiene que vencer a los villanos de los mundos, son
derrotados por los personajes del mismo y Sora tiene que enfrentarse
a algún sincorazón invocado por algún miembro de la Organización.
Eso sucede durante todo el juego, pero se hace especialmente notable
en Arendelle, donde Sora apenas pasa tiempo con los personajes de
Frozen, pudiendo considerarse un desconocido para ellos, a excepción
de Merengue, el enorme muñeco de nieve; ni siquiera llega a conocer
al villano Hans. Se podría decir que con la última entrega ha perdido parte de su esencia.
Personajes
El principal problema que arrastra Kingdom Hearts
III es que se da prioridad a las escenas dramáticas y llamativas
sobre la verdadera naturaleza y personalidad de los personajes. En
muchas ocasiones muestran momentos sobrecogedores que no podrían
ocurrir de ninguna de las maneras si se respetara la personalidad que
han ido puliendo los personajes durante todas sus aventuras.
Después de nueve juegos se debería pensar que
los personajes han avanzado y madurado durante sus viajes, pero no es
así. En Kingdom Hearts III no solo se muestra poco desarrollo en
algunos personajes, sino que en algunos es completamente nulo, como
es el caso de Kairi. Ella es la coprotagonista de la historia y no lo
parece en absoluto, no solo es ignorada y vapuleada durante toda la
saga, sino que en esta última entrega es completamente invisible.
En Kingdom Hearts III es donde más se maltrata al personaje,
borrándole la escasa personalidad que le dieron en la primera
entrega numerada y que apenas conservaron en la segunda, obviando por
completo la relación de amistad que tiene con Sora y Riku. Es una
pena que un personaje con tanto potencial esté obligado a permanecer
en un mero hilo conductor de la historia, la chica en peligro que
debe ser salvada.
La amistad entre Sora, Donald y Goofy es uno de
los puntos fuertes del juego, nos muestra la evolución de los tres
amigos tras una saga juntos. Donald y Goody han observado y han
ayudado a Sora a madurar como héroe y como persona, le han brindado apoyo incondicional durante todo el juego, sin flaquear en
los momentos más importantes, dándole libertad en sus decisiones y
acompañándole en los momentos más peligrosos, mostrando lo que
verdaderamente significa la amistad.
Mundos
Kingdom Hearts III nos muestra lo que todo fan
deseaba ver: mundos grandes, extensos, llenos de personajes, casi
pareciendo mundos de verdad. Con las anteriores entregas, los mundos
estaban vacíos, muy limitados a causa de sus plataformas y las
múltiples pantallas de carga, pero esa restricción desaparece
gracias a las capacidades de la última generación. Cada mundo es
único y precioso a su manera, siendo muy amplios y muy cuidados, con
NPCs que poseen doblaje. Pero la cumbre
llegó con la creación de El Caribe, que no solo mejora
drásticamente con respecto a Kingdom Hearts II, da un paso más
allá, mostrándonos un mundo diferente al resto, en el que no se
centran en caricaturizar a los personajes, sino en el realismo; uno
podría pensar que teniendo a un pato y un perro parlante era imposible,
y es verdad que cuesta creérselo aún viéndolo, pero el resultado
no podía ser mejor.
Gráficamente es espectacular, tanto los
personajes como los mundos en sí, es como jugar dentro de una
película de Disney, y aunque te puedas quedar maravillado navegando
el barco en El Caribe, paseando por el festival de Corona o visitanto el cuarto de Andy, existe un
gran pero: a pesar de que todos los mundos son nuevos y superiores en
cuanto a calidad a cualquier juego anterior, sólo nos permiten
explorar cinco lugares inéditos. Es cierto que podemos volver a
sitios emblemáticos de la saga, como es el caso de Villacrepúsculo,
aunque no nos permite verlo por completo, o ver rincones diferentes
de mundos que ya conocíamos, incluso nos muestran otros lugares de
forma más profunda, pero nuevos solo cinco. Es una cantidad muy
escasa, aunque ese número esté muy relacionado con el final, siguen
siendo pocos, y mostrar tantísimo contenido en los trailers del
Kingdom Hearts III y saber tanta información estropeó una de las
experiencias más gratificantes del juego, el descubrimiento de los
mundos mientras se está jugando.
Ausencias
Una nueva entrega de una saga siempre trae consigo
ciertas expectativas, y contentar a todos los fans es una tarea
complicada, y aunque eso suele significar cambios, hay algunas faltas
que son difíciles de olvidar, y todos estaremos de acuerdo en que la
desaparición de los personajes de Final Fantasy fue algo sonada.
Squall y algunos de los personajes de la saga que fueron apareciendo
a lo largo de Kingdom Hearts y que ayudaron a Sora en innumerables
ocasiones se ausentaron en el último juego sin dar ninguna
explicación, a pesar de que Vergel Radiante sí que hacía acto de
presencia. Tetsuya Nomura explicó que la razón por la que estos
personajes se añadieron en el primer juego fue que no tenían
personajes propios y tuvieron que “pedir prestados” algunos a la
compañía, y que tras la creación de personajes originales de la
saga ya no era necesaria su participación. Esta decisión es
desacertada porque a pesar de que no sean personajes propios de
Kingdom Hearts, forman parte de la historia desde el principio, no se
puede ignorar la desaparición de personajes icónicos de la saga sin
tan siquiera nombrarlos una sola vez y esperar que la gente no haga
preguntas al respecto.
En la anterior entrega numerada de Kingdom Hearts
hicieron que tras recorrer y completar los mundos en una ocasión
pudieses volver a cada uno de ellos para concluir la historia, con un
nuevo jefe final. Esto es algo que no quisieron repetir en el último
juego, cuando concluyes el mundo una sola vez, no tienes que volver
por ninguna circunstancia, a no ser que sea para hacerte con todos
los coleccionables. Fue una pena que no quisieran repetirlo ya que no
solo te brindaba la oportunidad de continuar una historia sino que
también te permitía enfrentarte a nuevos jefes finales. Otra cosa
que no apareció en el juego y que duele especialmente es el Coliseo,
el torneo en el que podías combatir por una copa no hace acto de
presencia en todo el juego, puede que lo añadan en el futuro con un
DLC de pago, pero actualmente no está disponible.
El doblaje en todos los personajes del juego,
incluyendo secundarios y NPCs, es algo que se instauró en Kingdom
Hearts III, un gran añadido que dio realismo a los mundos por los
que se viajaba. Solo existía un problema con el doblaje, la ausencia
del mismo, y es que durante algunas cinemáticas ciertos personajes
carecían de ningún tipo de voz o respiración durante sus
apariciones, dando la sensación de que eran completamente mudos,
como es el caso de Fil en el Olimpo, o de Aeleus y Dilan en Vergel
Radiante. Es cierto que el doblaje encarece los gastos en un
videojuego, pero si quieres que quede un buen resultado se tendrá
que dar voz a todos los personajes que salgan en el
juego, y si no se va a hacer, es mejor que
esos personajes no aparezcan.
Dificultad
Ya hice hincapié en la facilidad de Kingdom
Hearts III en la entrada anterior sobre la dificultad de los videojuegos, quedando claro que es la entrega más fácil de toda la
saga, así que, como otros muchos, esperé a que añadieran al juego
el Modo Maestro para comprobar si efectivamente se convertía en
cierta forma en un Modo Experto espiritual, que fuera de nuevo
una dificultad sencilla, o en cambio, tuviera una complejidad mayor
que el resto. En Square Enix se decidieron por hacer honor a su
nombre y crear un Modo Maestro con todas las letras, y es que la
dificultad que implementaron en el último DLC es, de lejos, mucho
más difícil que su modo anterior. Si Experto era sencillo, se ha
querido “arreglar” aumentando la complejidad del nuevo modo,
dando la sensación de que no existe un cambio de dificultad entre
ambos sino mucho más. En este grado de dificultad los enemigos tienen más vida y
mucha más fuerza, haciendo que si cometes un solo error en el
combate se cobre muy caro. Es un cambio muy brusco en comparación
con lo que sigue siendo el Modo Experto, pero si se pedía
dificultad, desde luego han cumplido.
Final
El final de Kingdom Hearts III personifica la
palabra apresurado. A pesar de tener todo el juego para ir cerrando
poco a poco todas las tramas, prefirieron cerrarlas todas en el mismo
sitio de golpe, no te atragantas de milagro con tanta información.
Durante todo el trayecto, los miembros de la Organización XIII
hacían acto de presencia, pero sin llegar a dar ninguna información
significativa, y lo peor era que no te enfrentabas a ninguno de ellos
al final de cada mundo; aparecían, se burlaban de Sora, invocaban un
sincorazón y se iban, así durante todo el juego.
Al llegar a la Necrópolis de Llaves Espada se
empieza a cerrar todo, haciendo que Sora vaya por salas ayudando a
sus compañeros contra varios miembros de la Organización XIII a la
vez, dando cierta dificultad y dinamismo a los combates, y zanjando
tramas por el camino. Si bien es cierto que cada personaje tiene su
momento, al intentar cerrarlo todo de golpe hace que la duración de
sus tramas sea escasa, sin darle el final que merecen a algunos de los
grandes personajes de la saga. Muchas de las tramas empiezan y
terminan de forma abrupta, sin explorar en ellas, haciendo que los
argumentos y razonamientos por los que se llega a ese momento sean
pobres y carentes de sentido. Aunque todos los combates son
espectaculares y la jugabilidad sea francamente divertida, eso no es
excusa para darnos un final así para una saga de tal importancia
como es Kingdom Hearts.
Tanto el epílogo como el final secreto dan pie a
una nueva aventura, dejando abiertas muchas incógnitas, sobretodo
una que se ha estado nombrando durante todo el juego: la caja negra.
Las apariciones de los clásicos villanos de la saga, Maléfica y Pete,
en Kingdom Hearts III se podrían considerar apenas anecdóticas.
Aparecen en escenas momentáneas buscando la caja negra, ignorando a
Sora y compañía, hasta que en el epílogo muestran la ansiada caja
junto a Xigbar/Luxu, sin aclarar absolutamente nada, dando a entender
que lo descubriremos en siguientes entregas. Abrir nuevas
incógnitas para continuar la saga en el futuro está bien, lo que no
está bien y frustra al jugador es usar de señuelo una trama cuando
no se tiene ninguna intención de revelar hasta dentro de muchos años
y quizá varios videojuegos.
Como ya remarqué en mi análisis sin spoilers, no
es el juego que yo pensaba que sería, ha sido un final agridulce
para toda la espera, y aunque me he divertido mucho jugándolo,
superando con creces en numerosos apartados a juegos anteriores,
personalmente, no ha logrado superar al que yo considero el mejor
juego, Kingdom Hearts II, pues supuso un gran avance no solo para
la saga sino también para la historia de los videojuegos.
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