martes, 24 de septiembre de 2019

Todo vuelve en forma de chapa - El poder de la nostalgia en los videojuegos


La actualidad, tanto en el ámbito de los videojuegos como en general, se ha visto seriamente afectada por un importante factor estos últimos años: la añoranza. Reboots, remakes, remastereds… vivimos en una época en la que los momentos en los que jugábamos a Crash Team Racing en PlayStation con amigos ya no son simples recuerdos. Son muchos los videojuegos que han vuelto después de muchos años desde su lanzamiento y la industria no parece tener intención de parar, y puede que tenga buenas razones para no hacerlo.


La última generación de consolas no es la precursora del fenómeno “nostalgia” pero sí es la que se ha servido del mismo en más ocasiones. Es innegable que ha acumulado un gran éxito en los últimos años, tanto es así que ha provocado numerosos relanzamientos de distintos videojuegos y casi se podría considerar un género aparte, llegando a dejar de lado estrenos de videojuegos más novedosos y actuales. Apelar a la nostalgia de los jugadores trayendo de nuevo títulos con los que disfrutaron en su infancia es inteligente y efectivo, pero sobretodo rentable. Todo acaba volviendo y la principal razón de que esto suceda son los altos beneficios que acarrea, solo debemos fijarnos en los hechos: Crash Bandicoot N. Sane Trilogy se convirtió en el juego más vendido de Reino Unido durante siete semanas, el remake de Resident Evil 2 alcanzó los 3 millones de copias vendidas en su primera semana de lanzamiento y Final Fantasy VII Remake lidera las listas de los videojuegos más esperados de la revista Famitsu desde hace años.


El consumismo invita a más consumismo, todos los jugadores desean volver a disfrutar de los videojuegos que les dieron tantas horas de entretenimiento, y todas las empresas se plantean la forma de traer de nuevo los títulos que pide la comunidad, es todo una gran bola de nieve que puede llegar a afectar a otros videojuegos. World of Warcraft Classic es una recreación de lo que era World of Warcraft en 2006: clases, los modelos de las razas, mecánicas de combate, talentos, la distribución de los mapas… Volviendo a su edad de oro, cuando todo el mundo jugaba al WoW con sus amigos, tanto en su casa como en los cibers. Eso ha significado un gran aumento de suscripciones en el mes de agosto y en las ganancias para los bolsillos de Blizzard Entertainment, pero no todo es color de rosa. Hubo un contratiempo algo esperable tras el éxito cosechado por Classic, un revés en Battle for Azeroth, la actual expansión de WoW, y es que la comunidad de jugadores se vio dividida entre los que decidieron jugar a Classic y los que prefirieron quedarse en BFA, vaciando los servidores de este último durante el camino. Se podría decir que Blizzard ha tirado piedras contra su propio tejado. 



Todo tiene un reverso tenebroso, el objetivo de las empresas de videojuegos es aprovecharse de lo que está de moda y sacarle el máximo partido, y eso no es malo, todos tenemos un juego que nos haría ilusión volver a jugar hoy en día, pero no se debe hacer a cualquier precio. Aprovecharse de los recuerdos de las personas para sacar videojuegos de antiguas consolas de cualquier manera y lo más rápido posible sí que está mal. En muchas ocasiones se ha preferido sacar un videojuego clásico sin poner ningún esfuerzo en adaptarlo a las nuevas generaciones ni preocuparse por el más mínimo detalle, sacando un juego a medio hacer pero, eso sí, vendiéndolo a precio de oro. Los relanzamientos aportan cosas muy positivas en el ámbito de los videojuegos, brindando a los actuales jugadores la oportunidad de poder disfrutar de los juegos tradicionales que han hecho evolucionar a la industria, pero también causa que los aprovechados saquen sobras mal hechas por el precio de un juego normal.


Cualquier tiempo pasado no tiene que significar que fue mejor, y los relanzamientos han venido para quedarse, lo cual está bien, siempre que no nos ciegue la nostalgia a la hora de discernir entre un buen ‘port’ y un sacacuartos. Vivimos en la época dorada de los videojuegos, una época en la que pasamos de jugar con los gráficos más punteros de la historia a los grandes clásicos que crearon esta industria, hay que disfrutarla pero siempre con cabeza.

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